Matronatación. Iniciando al bebé en casa y requisitos de la piscina
Autor: A. Hernández
Contenido:
1. Vídeos de interés:
2. Preparando al bebé en casa desde sus primeros días:
Los preparativos para la natación del niño de pecho comienzan inmediatamente después de abandonar el hospital. Esto será de mucha ayuda cuando vayas por primera vez a la piscina. Principalmente con ello se persiguen tres fines:
- Reducir paulatinamente la temperatura del baño de nuestra casa a la temperatura de la piscina, unos 32 grados.
- Hacer que el bebé se familiarice con el agua.
- Acostumbrar a los papás a manejar al niño con total seguridad.
Está más que demostrado que los 32 grados centígrados de temperatura del agua de la piscina es la óptima para realizar la actividad, sin embargo, las primeras veces que bañemos en casa a nuestro bebé la temperatura deberá ser mayor. Evidentemente una disminución brusca alteraría su bienestar. Por eso hay que reducirla gradualmente.
Las primera veces que bañes al bebé lo harás en su bañera pero después podrás meterle contigo, así podrás sujertarle y moverle mejor que desde fuera. Cuando decidas hacerlo no sostengas a tu bebé cuando entras o sales de la bañera, puedes caerte o resbalar; lo mejor es que el padre que no se mete esté fuera para ayudar. La temperatura ya habrá disminuido al menos hasta los 34 grados como máximo.
Ante todo tendrás que dar al niño, mediante un intenso contacto corporal, sensación de seguridad. Es posible que muestre algo de malestar por la nueva situación pero enseguida se sentirá a gusto y empezará a patalear, especialmente si hacemos presión con nuestras manos o muslos contra las plantas de sus pies.
Existen multitud de formas para coger a tu bebé mientras ambos estáis en la bañera pero recuerda que las primeras veces la posición tendrá que ser de forma que el niño te vea. Una de ellas (ver foto al margen izquierdo) podría ser mientras tú estás sentada en la bañera (bien segura/o de no resbalar), apoyando al niño de espaldas en tus piernas y rodillas con sus pies en tu barriga, sujetando su cabeza con una mano y la otra libre para acariciarle, mojarle el pecho, etc.
Otra posición sería apoyando la espalda del bebé en tu pecho, cogiéndolo por la cabeza, con las palmas de las manos y los dedos hacia abajo. No le sujetes ni por el cuello ni por la espalda. Espera a que esté bien relajado, cuando esto suceda, ve estirando tus brazos hacia adelante poco a poco mientras él flota. Observa cómo el bebé flota.
Después de realizar este par de ejercicios coge al pequeño y chapotea un poco con el agua, seguro que él también lo hace. Échale unas gotas de agua por la cabeza. Al rato y a la orden de "listos, ya" vuelve a echarle agua pero esta vez en la cara.
Es importante que mientras realizas estos pasos en la bañera no haya jabón en el agua.
3. Edad del niño y sus horarios:
Es recomendable esperar hasta los 3-4 meses de vida, para llevar al bebé a la piscina. Algunas escuelas de natación no los aceptan hasta los 6 ó 7 meses, pero esto sólo significa que las instalaciones no están suficientemente preparadas para bebés de menor tiempo, básicamente por la temperatura del agua. Puedes empezar las clases cuando realmente te sientas segura/o, pero deberás de tener en cuenta que a partir de los 8 ó 9 meses el bebé perderá algunos reflejos innatos muy importantes que sin duda serán muy útiles. Por eso los bebés menores de un año se adaptan al agua más rápidamente que los niños mayores. El miedo al agua se adquiere conforme el niño va creciendo; mientras más tiempo esté apartado del agua, probablemente desarrollará sentimientos de desconfianza y hasta fobia, que posteriormente dificultarán en muchos de los casos, el aprendizaje de la natación.
La elección del horario, como otras muchas cosas, lo elegirá el propio bebé. Deberá ser a una hora en la que no tendrá que dormir ni comer. Esto es importante para que las sesiones de natación no perturben el ritmo diario habitual.
Otra cosa de deberás tener en cuenta es el tiempo que el pequeño permanecerá en el agua de la piscina. Las primeras sesiones serán cortas y podrán ir aumentando progresivamente hasta los 20 minutos como máximo. De todas formas ya se ha dicho que será el propio bebé quien marque este tipo de pauta, si ves que tiene frío, está incómodo o llora demasiado le sacas de la piscina. No te preocupes por pensar en no aprovechar las clases.
4. Requisitos que debe de cumplir la piscina:
- La temperatura del agua deberá estar a unos 32 grados centígrados, aunque puede variar un grado arriba o abajo dependiendo de la época del año y la edad del niño.
- El nivel de cloración del agua deberá estar entre el 0,5 y el 0,6 por ciento (frente al 1 por ciento en las de adulto).
- Es muy recomendable que la piscina sea cubierta y climatizada y por supuesto cumpla con los requisitos higiénicos-sanitarios establecidos.
- La zona de los vestuarios donde cambiarán las mamás (o papás) a sus niños deberá igualmente estar climatizada y cumplir las norma higiénicas.
- Algunos vestuarios están bastante apartados de la piscina y en este trayecto los niños se pueden quedar fríos. Por ello es muy conveniente que cerca del vaso (piscina) exista un banco o lugar especial para desnudar y vestir al niño.
- La piscina de los pequeños debe ser sólo para ellos, nunca compartida. Estos "vasos de enseñanza" suelen tener unos 6 por 4 metros aunque estas dimensiones no se establecen como una norma, existiendo en la actualidad de muchos tamaños y formas.
- Evitar los horarios de máxima afluencia, principalmente por el ruido.
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6. Bibliografía:
- Liselott D., Lothar B., Hermann H.. "El niño aprende a nadar". Miñón. Valladolid, 1978.
- Riad Boudaki, "Natación para bebés, pautas básicas". Comunicaciones técnicas, nº 5, 1992.
- María Castillo Obeso. "Los bebés y el agua: una experiencia real". Comunicaciones técnicas, nº 1. 1992.
- Lauren Heston, "¡Al agua, patos!". RBA Libros, 2000.