Cada caso es un mundo. Yo soy asmática desde que nací, tan fuerte y grave que no he podido apenas moverme ni hacer vida normal durante los 18 primeros años de mi vida. Y, veis? aun no había pisado una piscina.
A los 25, viendo que mejoraba bastante, y la necesidad de empezar a hacer ejercicio para aumentar mi capacidad pulmonar y poner mi cuerpo un poco en marcha, me decanté por la piscina. Pensé que me ahogaría, que me agobiaría, que el cloro me volvería a provocar ataques. pues nada de eso. He conseguido una capacidad pulmonar como jamás pensé que tendría, y sigo nadando casi todas las semanas, en una piscina clorada y cubierta.
Hace unos meses empezaron a darme unas rinitis muy fuertes, y me dije: "pues hasta aquí hemos llegado. si no es por el asma, es por la rinitis, el caso es que no respiro bien". Pues tampoco chicos. He tenido mis temporadas malas, mis ratos malos, pero sigo nadando.
No puedo decir que el cloro me haya afectado, pues yo ya estaba afectada por un asma muy puñetero, y luego por una rinitis muy molesta. Pero no ha tenido ni tiene nada que ver la piscina.
Espero que os sirva mi historia. Sólo os la quería contar como ejemplo de que no a todos nos produce el mismo efecto ni reaccionamos igual.