Doblete de Brasil en los 10 km femenino de aguas abiertas

Las brasileñas Poliana Okimoto, oro, y Ana Marcela Cunha, plata, consiguieron en el Mundial de Natación un doblete histórico, con sabor olímpico, para la natación de su país en la prueba de los 10 kilómetros en aguas abiertas, al imponerse en un trepidante final por delante de la alemana Angela Maurer, bronce.
Tras terminar segunda y tercera, respectivamente, en la disciplina de los 5 kilómetros disputada el pasado sábado, la natación brasileña volvió a demostrar, en el recorrido del Moll de la Fusta de la capital catalana, que tanto Okimoto como Cunha están preparándose a consciencia la carrera hacia los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Como ya hizo el sábado, la nadadora paulista, de 30 años, volvió a ser más rápida que su compatriota y, con un tiempo de 1:58:19.2, dejó a Cunha, de 21 años, a dos décimas del dulce sabor del oro.
A un segundo de la ganadora quedó la veterana Angela Maurer -plata en la misma especialidad en el mundial de Barcelona 2003-, que se colgó el bronce, mientras que las españolas Yurema Requena y Érika Villaécija terminaron decimosexta (+7.2) y decimoséptima (+8.6), respectivamente.
La prueba reina de las aguas abiertas empezó con una salida abierta en la que la húngara Eva Risztov -oro en los Juegos Olímpicos de Londres- buscó desde el inicio colocarse en el grupo principal, en el que también se sitúo Erika Villaécija, siguiendo su plan de controlar las primeras posiciones desde la primera brazada.
Como ya sucedió en la prueba masculina disputada ayer, la carrera fue dura, con codazos y golpes constantes entre las nadadoras, a pesar de tratarse de un recorrido llano, con más oleaje de lo habitual debido al viento que sopló en el litoral catalán.
Por ello, la campeona olímpica se dedicó a marcar el ritmo y liderar un grupo que se formó en forma de flecha, con Erika Villaécija y la británica Payne -doble campeona del mundo y cuarta en las últimas olimpiadas- repartiéndose la segunda y la tercera posición.
Tras el paso por la última boya, Cunha clavó el primer puñal y, con un fuerte cambio de ritmo, decidió liderar la carrera junto a Okimoto, dejando sin opciones a Risztov y Payne. El oro y la plata ya era brasileño, solo faltaba decidir si sería Cunha o Okimoto. Finalmente se impuso la brazada portentosa de la más veterana, quien demostró que, a tres años de sus juegos, Brasil se presenta como una de las potencias a tener en cuenta en la prueba olímpica de las aguas abiertas.
Fuente: La Vanguardia
Foto: APF/Javier Soriano