Aparte de aspecto legales, lo más importante es tu salud. En algunos casos de sustancias dopantes se desconocen sus efectos secundarios a corto y largo plazo, en otros casos se sabe que puede afectar a la fertilidad, a la integridad de ciertos órganos y causar depresión, cambios psicológicos y del comportamiento, síndRomes psicóticos, trastornos del sueño, anorexia, retraso psicomotor, alucinaciones visuales y auditivas, ansiedad, etc; por lo que estás jugando con tu salud aunque en un principio veas resultados favorables sobre tu rendimiento físico.
Éticamente el dopaje va en contra de los principios fundamentales del deporte. No es justo jugar con ventaja. Además, una de las responsabilidades de los deportistas de alto nivel es “dar ejemplo” a los más jóvenes.
Hazte la idea de que lo mejor es obtener resultados naturales, explotando tu talento y aptitud y con la satisfacción de que lo has intentado con todas tus fuerzas, pero sin drogas. Aprende a comer bien, sano, equilibrado y adaptar tu alimentación al entrenamiento.
No hay mucha diferencia entre tomar una pastilla para entrenar o tomar unas rayas de coca para salir de fiesta, es decir, es lo mismo doparse y drogarse, aunque los fines sean distintos. Si lo haces una vez más, lo volverás a hacer en la siguiente competición importante.
Aprende a ganar, pero sobretodo aprende a perder.