Curioso, con 30 años decidí darle un giro a mi vida. Harta de no hacer ningún deporte. Me empeñé en aprender a toda costa, pues sentía vergüenza de no saber ni meter la cabeza en el agua y nadar tipo rana playera. Me metí en un curso y empece en la piscina de los bebés. Aproveché cada rato libre para ir a practicar todos los ejercicios que me iban enseñando, fui avanzando de calle en calle, practicando y practicando. Asumí que no sabía desde el principio, y así me quité de encima tener que demostrar nada, pues era evidente que nada sabía. El monitor sabía que yo no sabía, mis amigos de calle sabían que yo no sabía, el socorrista . lo mismo. Qué way, como todos lo sabías no tenía más que preocuparme de una cosa "practicar sin miedo a que se notara que no sabía". Y así fui avanzando de calle, dejando atrás a otros, practicando y superandome. No preocupandome por nadar más rápido sino por nadar mejor. Mirando lo que hacían mal los otros aprendí lo que hacía mal yo. Este año he cumplido 41 años, nado una media de 15000 m a la semana, nado en aguas abiertas casi todo el verano. No he conseguido dominar la mariposa nunca, pero manejo el resto de estilos con la suficiente soltura para sentirme bien nadándolos. He encontrado un deporte a mi medida, para practicar cualquier época del año, que es muy bueno para mi salud, que no hace falta practicar en compañía, que es beneficioso para la autoestima, mejora tu forma física, tu resistencia, es buena para tu corazón, ayuda a prevenir la depresión, consigues hacer muchos amigos. Vamos que podriamos hacer una lista larguísima. Eso si, hay un requisito fundamental, y es la constancia. Practicar natación de forma interrumpida solo te hará sentir que no avanzas y el efecto será el contrario a todo lo que te he dicho. Suerte y a nadar.